19/7/11

PENSAMIENTOS

De golpe me he encontrado refelxionando sobre el amor, sobre porque me da miedo enamorarme. Adoro la melancolía de no estar enamorada, de hechar de menos algo que tube e inclusive aquello que no he tenido nunca. Me crea unos sentimientos y emociones que mueven tantas cosas en mi. Me sacan ese cariño y esas sonrisas que llegan dulces hasta mis ojos. Sacan una parte de mi que pasa el mayor tiempo de mi vida durmiendo, escondida, esperando demostrar cariño a mis personas queridas. 
Adoro esa melancolía de no estar enamorada hast que eso me duele. Hasta que tanta acomulación de cariño y detallitos que ofrecer para hacer feliz se me acumulan en un espacio de mi estómago como una pelota que me corta el aire. 
El hecho es que me he dado cuenta de que hace mucho tiempo que no me enamoro, incluso que no me enchocho, cosa que antes hacía muy amenudo.
Creo que esa falta de enamoramiento proviene de dos sitios distintos: por un lado d ela madurez que me ha eseñado a mirar más allá de mis deseos para no enamorarme de ellos creyendo que me enamorado de alguien; y por otro lado, el miedo a anularme, a perder las ganas de seguir seduciendo al mundo cuando ya tengoa  aquien a quien seducir todos los días. Lo qual para mi sigfinifa dejar de crear, pues es esa sensación de seducción contínua la que hace de motor de mis creaciones, de mi arte, de mi querer compartir, de mi querer sermás y mejor, la de tener ganas de alegrar cada dçia un poco la vida de todos, con una sonrisa, con mis palabrtas, con el contoneo de mis caderas o con un buen orgasmo, compartido en la cama o fingido ante una cámara.
Pues después de tanto ir y venir de ideas y sensaciones, siempre sensacioens, me he dado cuenta que tengo un nuevo reto: llegar a vivier aquél amor idílico que siempre he defendido con mis ideas. Un amor libre que me haga crecer cada día un poco más, desde el desearme, quererme y respetarme tal cual soy, tal cual hago mi vida, tal cual soy feliz. Llegar a aprender a buscar o saber identificar a quien es así,a quien tenga la capacidad de adorarme queriendome ver cada día más feliz. Aprender a aceptar de la persona que amo lo mismo que yo pido. Aprender a no sentir celos, a sentirme plena con aquello que me dan, a no ser avariciosa y quererlo todo. Aprender a crecer a su lado y no perderme en nimiedades que me hacen encerrarme en lo que ya sé y lo que ya soy. Crecer y compartir siendo cada día más felices.
Siempre me atrajo eso del amor libre, igual que esa capacidad  de amar a más de una persona a la vez, eso del poliamor. Siempre me atrajo y creo que ya lo he sentido muchas veces. He querido a más de una persona a la vez sin dejar de querer a ninguna de ellas. Y resutal que ahroa que lo pienso ese es otro tabu que no tenemos de pequeños, cuando llenamos la agenda de millones de corazones precedidos por un yo y seguidos cada vez de un nombre distinto. Corazones de curvas perfectas e insinuantes que descubren miles de amores de niñez repetidos todos ellos miles de veces en cada página. De pequeños no nos da miedo querer a muchos, no tenemos esa necesidad de escoger, simplemente dejamos  que cada corazón nos llene un espacio y nos haga soñar con distintas cosas. De pequeños dejamos que cada corazón nos haga vivir algo distinto. 
Quiero hacer feliz a todos cuanto pueda sin tener que renunciar a nada, y quiero que la persona que tenga a mi lado sea feliz con eso y que eso no le haga pensar que le quiero menos sino que le haga sentirse especial ser amad por alguien ibre y generoso con su amor igual que yo quiero sentirme así por él/ella. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario